Salto del Huemul
Un secreto que se revela entre la roca y el tiempo
El salto del Huemul te lleva tierra adentro, donde a los pies de sus aguas la roca cuenta una historia. Las murallas de sus costados con rocas angulosas incrustadas contiene trozos de otras rocas, lo cual lleva por nombre “brecha”, esta brecha nace del caos, del paso de un “lahar”, que es un flujo violento de ceniza volcánica barro y agua.
Casa de Piedra
Un refugio que protege desde tiempos primitivos
Esta cueva guarda la memoria ancestral de la tierra. En su suelo la sostiene paredes con un mosaico de rocas erosionadas por la fuerza del agua de un curso que actualmente desapareció sin dejar indicios de su destino. El cielo de esta casa fue modelado por antiguas lavas que se enfriaron formando basaltos columnares, encapsulando una oscuridad resguardada del exterior. Con el pasar del tiempo, distintos grupos humanos -desde tiempos ancestrales- han utilizado este espacio como refugio, hasta el día de hoy.
Salto del Calabocillo
Un rugido que fluye del Andes
Desde aquí observas a quién ayuda a respirar al Estero San José, su caída oxigena el agua y transporta nutrientes al caudal de más abajo. Esta es la cascada más alta del valle y ruge con fuerza cuando sus aguas caen, primero tocando roca prismática similares a columnas, luego un mosaico de rocas incrustadas llamada brecha y a ras de piso roca intrusiva. Si observas, recibe en su pozón dos cursos que fluyen desde la cordillera, uniéndose para viajar rumbo al mar.
Puente de Piedra
El arco que sostiene la roca y el agua
Esta arquitectura natural nos sorprende por su estabilidad y fuerza, enmarcando una caída de agua que cerro arriba va formando pozones y playas de roca, rodeadas de bosque nativo viejo mezclado con renoval. Estas pozas de agua han sido pulidas por el agua y el tiempo, y cada día nos reciben renovadas.
Salto del León
El velo que observa al valle desde las alturas
Entre nalcas y chaguales, coigues y alstromerias, líquenes y musgos, cae desde lo alto el Salto del León, dejando fluir sus aguas entre la roca y el viento, generando una serie de flujos de agua que bajan por esta ladera quebrada y rocosa, llena de vida en sus entornos por la abundancia de agua que vuela por el aire.
Esta zona es hábitat del puma: el felino más grande que habita la cordillera. Él se retira en las montañas para cazar veloz y poderoso.
Ojo del Cóndor
Un descanso en las alturas sobrevolando el valle
Desde esta roca se observa la inmensidad del valle y cómo se conecta con otros valles transversales hacia la parte central de la región. Es la transición de este a oeste entre la Cordillera de los Andes y el Valle Central. El paisaje que ves ha sido obra del origen glaciar, el cual dejo huella de su paso entre relieves de paredes escarpadas y el hundimiento por el peso del hielo. Hace más de 18.000 años glaciares esculpieron el valle que desde aquí se observa, dándole forma de “U”.
Los Mallines
El origen y reserva de las aguas
Un mallín es un oasis para la vida silvestre, un punto de encuentro que es fuente de alimento y cobijo, son suelos especiales, que regulan, almacenan y purifican las aguas. Estos funcionan como esponjas que absorben el agua durante los periodos de lluvias y deshielos y luego las retienen durante las temporadas secas para mantener las aguas constantes río abajo.
Salto del Pudú
Un pequeño gigante que habita el bosque siempreverde
El Salto del Pudú se revela al acercarte a él, descubriéndolo tras el coigue que lo protege. La caída del agua as algo inusual, ya que las rocas que lo traen han sido pulidas a lo largo del tiempo, y hoy la dejan caer como una cortina.
A su alrededor abundan quilas y coligues, y es posible ver los distintos estratos de la tierra que las aguas han ido lavando para dejar a la vista el paredón geológico junto al Salto, contando la historia a través de la tierra.
El Paraíso
Un presente constante bañado de abundancia
Un gran orificio en la tierra esculpido por el tiempo con la fuerza del agua, que hoy nos invita a sumergirnos, refrescarnos y contemplar: podrás maravillarte con la fuerza y el sonido del agua, pero además si observas minuciosamente el entorno, encontrarás diversas especies del bosque templado que habitan en los contornos de este lugar, producto de la acumulación de humedad y la presencia de sombras: helechos, nalcas, chilcos y musgos, además del bosque nothofagus que rodea en las alturas: coigues, robles y raulíes.