JUNGLA PEUMAYEN

SALTO DEL HUEMUL

Un secreto que se revela entre la roca y el tiempo

El imperdible Salto del Huemul se encuentra en el corazón de la Jungla, en la Isla de Piedra. Para llegar aquí, puedes caminar el Sendero de los Gigantes desde el Campamento Pichingales, o aproximarte desde el campamento base Calabocillo. Se encuentra próximo al camino vehicular, por lo que es de fácil acceso al mirador del Salto; sin embargo los más aventureros pueden bajar hasta la base, para disfrutar del pozón y las vistas desde el interior.

En el entorno, te podrás maravillar con otras formaciones naturales, como el Salto del Pudú, la Casa de Piedra, y todas las vistas del valle que verás desde los miradores de Isla de Piedra.

El huemul es un habitante mágico del valle, su existencia en los andes centrales desafía todo pronóstico, al ser sobreviviente de la población más aislada de huemules entre Ñuble y Biobío. Es difícil de avistar por su personalidad tímida y esquiva.  Este ciervo es el más austral del planeta, un símbolo noble de la razón que se encuentra en peligro de extinción y resiste próximo a ti, entre estas montañas de Peumayén.

El salto del Huemul te lleva tierra adentro, donde a los pies de sus aguas la roca cuenta una historia. Las murallas de sus costados con rocas angulosas incrustadas contiene trozos de otras rocas, lo cual lleva por nombre “brecha”, esta brecha nace del caos, del paso de un “lahar”, que es un flujo violento de ceniza volcánica barro y agua.

Si alzas la vista, la gruta que acompaña al Salto del Huemul tiene un cielo de lavas en forma de prismas, producto del enfriamiento rápido de una lengua de lava que se asentó posterior al lahar. Así todas las formas que le rodean son vestigio de una evolución de la tierra, donde el poder erosivo y resistencia de la roca fue protagonista, así como el Huemul, en estas tierras, continúa resistiendo al pasar del tiempo y se mantiene como la última población de huemules de Chile central, una población relicta.

¿El desenlace de esta historia geológica?  Cedió la roca más blanda ante la fuerza de las aguas de un antiguo cauce que antes inundaba y labraba este espacio, ese fluir que aún mantiene el Huichi nos permite hoy poder conocer el origen de este paisaje.

¿Cuántas veces has podido ver lavas desde abajo? ¿Cuántas veces has podido avistar un Huemul? Con esta metáfora te invitamos a descubrir un secreto, adentrarte bajo estas rocas y sentir la fuerza del agua a tu alrededor; anda atento paso a paso, talvez reconoces una huella del Huemul.

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