Muy cercano al Puente de Piedra, a solo 25 minutos, puedes acercarte a este maravilloso lugar. Para llegar, existe una senda que te guía por el bosque, comenzando desde el Puente de Piedra. Esta senda es lineal y de tan solo 300 metros, culminando en este mágico entorno.
Desde aquí, se puede observar el valle y el Cerro Iglesia en su esplendor - el macizo que vigila erguido el norte de la Jungla, siendo una de las montañas más desafiantes del valle,- y todo el bosque nativo que cubre las cumbres y faldas del valle: un verdadero espectáculo en otoño, cuando el bosque caducifolio de ñirres, lengas y robles se transforma a tonos rojizos, anaranjados y amarillos.
Entre nalcas y chaguales, coigues y alstromerias, líquenes y musgos, cae desde lo alto el Salto del León, dejando fluir sus aguas entre la roca y el viento, generando una serie de flujos de agua que bajan por esta ladera quebrada y rocosa, llena de vida en sus entornos por la abundancia de agua que vuela por el aire.
Esta zona es hábitat del puma: el felino más grande que habita la cordillera. Él se retira en las montañas para cazar veloz y poderoso. Sus hábitos crepusculares lo hacen más activo en el ocaso y amanecer. En la alta cordillera ha sobrevivido a pesar de los conflictos con ganaderos que amenazan su existencia, demostrando ingenio desde su rol de depredador máximo, que le atribuye la responsabilidad del balance ecosistémico.
¡Observa los viejos Coigües!, estos leones los trepan para descansar contemplativos de la belleza del entorno natural que los rodea.